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Colombia Perspective: Air Pollution (Spanish)

 Información

Según el Banco Mundial[i], la contaminación del aire mata a 15.000 colombianos cada año. Pero sólo alrededor de 8.000 de estas muertes se deben a la contaminación exterior que normalmente nos preocupa, sobre todo en las ciudades. Siete mil muertes resultan de la contaminación del aire de los hogares, causada por cocinar y calentar con madera y otros combustibles sólidos. Esto afecta principalmente a las comunidades rurales.  

Tanto en las ciudades como en el campo, la causa es la misma: pequeñas partículas en el humo que respiramos, y que pueden conducir a enfermedad pulmonar crónica, a infecciones respiratorias agudas, cáncer de pulmón, enfermedades del corazón y derrames cerebrales. Esto no sólo afecta a América Latina, sino que es un problema mundial que causa más de 6 millones de muertes en el mundo cada año.

En Colombia, la contaminación atmosférica es un problema real, causando aproximadamente una de cada 20 de las muertes en las áreas metropolitanas de Bogotá, Valle de Aburrá y Cali. Pero para los habitantes de las zonas rurales la situación es mucho peor; la contaminación del aire del hogar es responsable de un alarmante 17% de todas las muertes. Más de una de cada seis muertes es causada por la quema de madera y combustibles sólidos para cocinar alimentos y calentarse.

Las más peligrosas de las partículas en el aire son conocidas como PM2.5 (partículas de menos de 2,5 milésimas de milímetro de diámetro) que pueden penetrar profundamente en los pulmones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido un límite para la contaminación ambiental promedio del aire exterior de 10 microgramos (milésimas de gramo) de PM2, 5 por metro cúbico de aire (10μg/m3). En las zonas urbanas, el nivel puede ser el doble de esto, y más del 60% de la población colombiana se estima que respira aire que está más contaminado que lo establecido por las pautas de la OMS[ii].

Seis millones de colombianos - la mitad de todos los hogares rurales - dependen de combustibles sólidos y muchos otros los utilizan como parte de su mezcla de combustibles. Para estos hogares, principalmente en las regiones Caribe, Central y Pacífica, la contaminación del aire suele ser por lo menos diez veces mayor que en los pueblos y ciudades. Para la cocción personal, las concentraciones promedio de PM2, 5 respirado durante el día están en el rango de 11 a 26 veces las establecidas por la normativa de la OMS, una estadística realmente impactante.

Simplemente reemplazar las chimeneas y cocinas tradicionales con cocinas mejoradas con chimeneas reduce esta exposición a la mitad, pero el promedio sigue siendo aproximadamente 80μg / m3, aún ocho veces el límite recomendado. Para hacer mayores mejoras, los hogares tienen que hacer la transición hacia el propano más caro (GLP). El uso de gas como principal combustible es una razón clave por la que las zonas urbanas tienen menos contaminación. Si todos los hogares rurales utilizaran GLP, la contaminación podría reducirse a 25μg / m3 o menos, pero la exposición sería tal vez el doble si sólo una fracción de los hogares cambiara.

La adopción de cocinas mejoradas reduciría la exposición a PM2,5 a la mitad y reduciría el riesgo de enfermedad y muerte en un 30%. Avanzando un poco más y usando GLP se reduciría la enfermedad y la muerte en 45 a 65%.

Las cocinas mejoradas en Colombia son relativamente caras, pero no hay motivo por el cual no tomar como modelo los ejemplos exitosos de México, Perú, Guatemala y otros países de la región[iii]. Los costos allí están en la zona de los 250-400 mil pesos, pero queman sólo alrededor de la mitad de la cantidad de madera que se utiliza en las cocinas tradicionales, por lo que hay un ahorro en los costos de combustible. Por otro lado, las estufas de GLP pueden costar medio millón de pesos, pero el combustible puede costar otros 350 mil pesos al año. Para ambos casos, los beneficios en la salud, el ahorro de combustible y el tiempo, superan ampliamente el costo.

Pero la transición al uso de gas no puede suceder de la noche a la mañana, porque no todas las familias pueden pagar el costo. Un objetivo intermedio razonable es convertir la mitad de los hogares que queman combustibles sólidos en cocinas mejoradas con una chimenea y la otra mitad a cocinas de GLP. Esto reduciría la incidencia de muerte y enfermedad en más de un tercio y salvaría 2750 vidas al año. Cada mil pesos gastados en cocinas mejoradas se obtendrían 9.000 pesos en beneficios, mientras que mil pesos gastados en cocinas de GLP daría beneficios por valor de al menos 2.500 pesos. Ambos provocarían una mejora real en las vidas de las personas.

La conversión de todas las casas a GLP ahorraría 4.700 muertes al año y reduciría la morbilidad y la muerte en dos tercios. El costo anual sería 673 mil millones de pesos, pero los beneficios tendrían un valor de tres veces más.

El aire en las ciudades de Colombia es mucho más limpio de lo que solía ser, pero todavía hay mucho camino por recorrer para llegar incluso a la norma provisional de calidad del aire de la OMS de 15μg/m3. Sin embargo, lograr esto sería mucho más caro que invertir en instalar cocinas más limpias para los hogares rurales. Al hacer esto, es importante involucrar a comunidades enteras de modo que la contaminación se reduzca para todos los hogares.

 


[i] Lim, S.S., Vos, T., Flaxman, A.D., Danaei, G., et al. 2012. A comparative risk assessment of burden of disease and injury attributable to 67 risk factors and risk factor clusters in 21 regions, 1990-2010: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2010. Lancet, 380: 2224-60, and http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2014/air-pollution/en/

[ii] Larsen, B., and Skjelvik, J.M.  2014. Environmental health in Colombia: An economic assessment of health effects and their costs.  Prepared for the World Bank. Washington, D.C., USA.

[iii] Berrueta, V., Edward, R., and Masera, O. 2008.  Energy performance of wood-burning cookstoves in Michoacan, Mexico. Renewable Energy, 33(5), 859–870.